HILHARRIAK,
los rastreadores vascos de megalitos
los rastreadores vascos de megalitos
El pasado 2 de junio el periodista Gotzon Aranburu publicó un reportaje en el periódico GARA sobre nuestro grupo. Este es el texto:
En términos militares, se trataría de un comando
especializado en exploración y localización de objetivos en montaña.
Perfectamente mimetizados y con una buena cobertura –parecen simples
excursionistas veteranos– los miembros del grupo, apenas media docena, se
presentan en cualquier cordal, collado, bosque o cumbre de Euskal Herria todos
los sábados por la mañana y caminan, observan, buscan, apuntan, sacan fotos,
registran coordenadas y, después de varias horas de rastreo, vuelven a su base.
Después redactan su informe y lo remiten a instancias superiores. Han cumplido
su labor, hasta la próxima semana.
Mientras ascendemos las pendientes de Fagollaga, en Hernani,
al encuentro del dolmen de Sagastietako Lepoa, los miembros del grupo desgranan
la historia de Hilharriak. Se formó en 1998 de la mano de los donostiarras Iñaki Gaztelu, Goyo Mercader, Luis Millán y
Manolo Tamayo, los irundarras Alfonso
Martínez e Iñigo Txintxurreta y el goizuetarra Xabier Taberna, a los que se ha sumado
recientemente el tolosarra Alberto
González. Completaba el grupo otro donostiarra, Balere Barrero, el dibujante del grupo, fallecido hace unos años.
Barrero se encargaba de registrar sobre el papel la imagen y medidas de los
megalitos hallados, una gran labor que ha quedado vacante en el grupo. En
cuanto a la edad, el más joven es Txintxurreta (46 años) y el mayor Gaztelu,
que cuenta con 81 años, aunque nadie lo diría viéndole avanzar montaña arriba.
Luis Millán, en
labores de portavoz, nos cuenta que Nafarroa es el territorio vasco más rico en
megalitos, especialmente las sierras de Urbasa y Andia, así como el valle de
Baztan: «En cuanto a municipios, el que se lleva la palma es Goizueta, sin duda
alguna» sentencia Millán, que recuerda bien cuál fue el primer dolmen que descubrió
el grupo. Fue el de Goiko Borda 2 sur, en Ezkurra. En las más de ochocientas
salidas realizadas por Hilharriak hasta hoy han sido centenares los megalitos
sacados a la luz por el grupo, pero no saben exactamente cuántos… porque a
partir de 2009 dejaron de contarlos. Hasta entonces eran más de setecientos,
por lo que ahora superarán los mil, a grosso modo.
El menhir de
Soalar
Probablemente el
mayor hallazgo realizado por Hilharriak es el «redescubrimiento» del menhir de
Soalar, en el Baztan, una pieza única en Euskal Herria que conoció todo tipo de
vicisitudes. Esta gran piedra, de 4,35 metros de altura, cerca de un metro de
ancho y cuatro toneladas de peso, fue hallada en 1974 por el capuchino
Francisco Ondarra en el monte Soalar, cerca de Elizondo. Ondarra hizo constar
el hallazgo del menhir, que estaba tumbado. En los años 90 desapareció, para
volver a ser localizado en un terreno particular de Gartzain, de donde
nuevamente fue trasladado con destino desconocido. Hilharriak rastreó toda la
comarca y finalmente lo redescubrió en otro punto de Gartzain, ya en posición
vertical… y convertido en soporte para una canasta de baloncesto. Esta vez el
menhir fue trasladado al museo Oteiza, donde ahora los visitantes pueden
apreciar el extraordinario megalito que representa a un guerrero prehistórico,
con grabados que lo hacen excepcional, como el hacha que cuelga de su cintura.
Poco a poco,
Hilharriak se ha ido dando a conocer entre historiadores y arqueólogos
profesionales, hasta convertirse en un grupo de referencia en descubrimiento y
catalogación de monumentos megalíticos. Cuando reciben el aviso de un posible
nuevo hallazgo acuden raudos al lugar y apenas un vistazo les basta para saber
si efectivamente se trata de un megalito o de un «brote», vocablo que designa a
una roca o piedra que presenta apariencia de megalito pero no lo es, sino que
se trata de un capricho de la naturaleza. «De algunos brotes nos llegan avisos
una y otra vez, porque son llamativos y están a la orilla de un camino o en una
zona de mucho paso de excursionistas. Ojalá fueron dólmenes o menhires
realmente, pero no» señala Iñaki Gaztelu.
Un sexto sentido
especial
La zona que
recorremos hoy, que cubre desde Fagollaga hasta Sagastietako Lepoa, es rica en
dólmenes. Nada menos que cinco están catalogados en un radio de pocos
kilómetros. Alguno de ellos descansa en una loma desde la que se divisan
Jaizkibel, Donostia y el mar, por un lado, y los oscuros bosques de Arano por
el otro. Los hay que llaman la atención de cualquiera, por su forma perfecta y
por hallarse en terreno descubierto, pero alguno está escondido entre árboles y
cubierto por zarzas, lejos del sendero; constituye la prueba fehaciente de que
los rastreadores de megalitos desarrollan un sexto sentido especial para esta
labor. En cualquier caso, los hombres de Hilharriak –por ahora ninguna mujer se
ha apuntado al grupo– van limpiando de maleza todos los dólmenes que nos
encontramos en la ruta.
Para buscar estas
piedras sagradas, estos monumentos megalíticos, hay épocas del año mejores y
peores. En lo que respecta a la Euskal Herria húmeda, el invierno es la mejor
época, y a partir de primavera, cuando la naturaleza despierta y el helecho
crece con fuerza y oculta el suelo a la vista, los miembros de Hilharriak
comienzan a trabajar en zonas altas de Nafarroa y el Pirineo. También se
desplazan a otras zonas del Estado español, de ahí que cuenten con
descubrimientos en toda la
Península y gran parte de los cordillera pirenaica, de los
que dan cuenta, con coordenadas geográficas y características, a los organismos
responsables en cada territorio.
Entre 2005 y
2008, por encargo del Gobierno de Navarra, Hilharriak elaboró el catálogo de monumentos megalíticos de Nafarroa.
«Los megalitos
son monumentos sagrados, no hay que olvidarlo. Todo el mundo tiene derecho a
visitarlos y conocerlos, pero hay que respetarlos, es decir, no hay que
alterarlos. Y mucho menos destruirlos para hacer una pista, cosa que todavía
ocurre, increíblemente» recuerda Millán. Por cierto, tampoco son el sitio
adecuado para enterrar animales de compañía, ni para aventar cenizas, costumbre que al parecer se ha extendido últimamente.
En este enlace podéis ver el reportaje en NAIZ:
http://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20170602/hilharriak-los-rastreadores-vascos-de-megalitos
Y aquí el video:
http://www.naiz.eus/eu/mediateca/video/hilharriak-tres-decadas-explorando-euskal-herria-a-la-busqueda-de-megalitos
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